Cual es su pensamiento en su coraz贸n
Dallin H. Oaks
El 茅lder Dallin H. Oaks es miembro del Qu贸rum de los Doce Apost贸les
El siguiente discurso fue dado en un servicio devocional llamado Una Noche con una Autoridad General el 8 de febrero de 2013.
Mis queridos consiervos: desde hace mucho tiempo he tenido inter茅s en la ense帽anza de nuestra juventud. En el a帽o 1967鈥攁ntes de que hubieran nacido muchos de ustedes鈥攏uestra hija mayor empez贸 a asistir al seminario matutino en Chicago. Durante la mayor铆a de los m谩s de cuarenta y cinco a帽os que han pasado desde entonces, he tenido, hijos, nietos, y ahora una bisnieta que han asistido a un seminario, a un instituto o a una universidad en el Sistema Educativo de la Iglesia. Como maestros, administradores, empleados y misioneros en el SEI, y como compa帽eros de estos siervos del Se帽or, sus responsabilidades son vitales en preparar a la creciente generaci贸n para sus responsabilidades en la Iglesia y Reino de Dios.
I.
Nuestra juventud es asombrosa en su fe y devoci贸n hacia lo que es bueno y recto. Son superiores al medirlos con cualquier criterio justo. Por ejemplo, un estudio reciente mostr贸 que el porcentaje de j贸venes mormones que son fieles a su fe y asisten con regularidad a los servicios de la Iglesia es el m谩s alto que en cualquier otro grupo religioso en los Estados Unidos. [1] Creo que nuestra juventud y los adultos j贸venes son mejores que cualquier generaci贸n anterior. Sin embargo, necesitan nuestra ayuda para reforzarlos en contra de las desviaciones y las maldades que los rodean, que son muy intensas y persuasivas. En un discurso dado a una audiencia del SEI semejante a esta hace cerca de una d茅cada, el Presidente Boyd K. Packer dijo que: 鈥渆l mundo est谩 descendiendo en una espiral a un paso cada vez m谩s r谩pido.鈥 [2] En la re-dedicaci贸n del Templo en Boise, Idaho en noviembre de 2012, el Presidente Thomas S. Monson declar贸 que nuestros miembros j贸venes 鈥渃aminan en un mundo saturado con las sofister铆as de Satan谩s.鈥 [3]
Las dificultades que enfrentan quienes ense帽an el evangelio鈥攍os padres y maestros llamados o contratados鈥攕on magnificadas por la tecnolog铆a moderna a la que tienen acceso instant谩neo sus j贸venes alumnos. La hermana Julie B. Beck, ex presidenta general de la Sociedad de Socorro, lo describi贸 as铆 hace unos a帽os: 鈥淧or todos lados hay mensajes en los medios que est谩n contra la familia, y nuestros j贸venes est谩n muy conectados con los medios. . . . Cada vez m谩s, nuestra juventud no ve la raz贸n de formar familias o de casarse a pesar de todas las ense帽anzas que les den. Est谩n siendo insensibilizados sobre la necesidad de formar familias eternas.鈥 [4]
Hablar茅 sobre algunos de esos mensajes contra la familia y sugerir茅 algunas cosas que podemos ense帽ar para contrarrestarlos. En el contexto de la ense帽anza de las escrituras en secuencia, ustedes son responsables de ense帽ar la doctrina b谩sica del matrimonio y la familia. Mi mensaje tiene la intenci贸n de ayudarles en ese esfuerzo. Trato de a帽adir algo a la reciente derrama inspirada de lo alto de las ayudas para fortalecer el papel de los miembros j贸venes en apresurar la obra del Se帽or en esto 煤ltimos d铆as. [5]
II.
Algunas veces las cosas m谩s importantes que podemos ense帽ar鈥攍as que mas necesitan nuestros alumnos鈥攕on las que damos por hechas. Podemos descuidar el ense帽ar las verdades simples y b谩sicas porque creemos que ya las comprenden todos. Por ejemplo, consideren la importancia fundamental de esta verdad b铆blica ense帽ada por el profeta Isa铆as: 鈥淧orque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehov谩. Como son m谩s altos los cielos que la tierra, as铆 son mis caminos m谩s altos que vuestros caminos, y mis pensamientos m谩s que vuestros pensamientos鈥 (Isa铆as 55:8-9).
El cap铆tulo 9 de segundo Nefi tiene una ense帽anza semejante sobre las necedades de los hombres instruidos que no escuchan el consejo de Dios (v茅ase 2 Nefi 9:28). En el libro de Lucas leemos la respuesta de Jes煤s a los fariseos que se 鈥渂urlaban鈥 de 脡l por Sus ense帽anzas: 鈥淰osotros sois los que os justific谩is a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones, pues lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominaci贸n鈥 (Lucas 16: 14-15).
En base a estas escrituras, llego a la conclusi贸n de que los seguidores de Cristo piensan de manera diferente a la de otros. Conoc铆 esa idea cuando era joven y estudiaba leyes en la Universidad de Chicago. Criado en territorio morm贸n con muy poco contacto con personas de otras creencias, me sent铆 intrigado cuando supe que un empleado de tiempo parcial en la biblioteca de leyes estaba estudiando para el ministerio, buscando conseguir el t铆tulo de Doctor en Divinidad. Imag铆nense mi sorpresa cuando me enter茅 por nuestras conversaciones que, aunque 茅l cre铆a que Jesucristo era 鈥渦n gran maestro,鈥 no cre铆a que 脡l era el Hijo divino de Dios.
Con ingenuidad le pregunt茅 鈥溌緼 qu茅 iglesia perteneces?鈥
Me contest贸: 鈥淓so no importa. Aceptar茅 cualquier posici贸n que me ofrezca una buena situaci贸n; ense帽ando, predicando o asesorando.鈥
Este hombre deseaba hacer lo que 茅l consideraba bueno, pero le faltaba la fundamental creencia en el Padre, y en Su Hijo, y en el Esp铆ritu Santo que yo pensaba que todos los cristianos cre铆an en ella. Cuando llegamos al prop贸sito y la pr谩ctica de la religi贸n, obviamente 茅l pensaba de manera diferente que yo.
Ese es mi tema. Describir茅 la realidad y la importancia del hecho de que en muchos temas importantes acerca de la religi贸n, los Santos de los 脷ltimos D铆as piensan de manera distinta a muchos otros.
III.
Cuando digo que los Santos de los 脷ltimos D铆as 鈥減iensan de manera distinta,鈥 no sugiero que tenemos una manera de razonar diferente en el sentido de c贸mo pensamos. Me estoy refiriendo al hecho de que en muchos temas importantes, nuestras suposiciones鈥攏uestros puntos de partida o premisas principales鈥攕on diferentes a las de muchos de nuestros amigos y asociados. Tambi茅n son diferentes de los muchos supuestos que actualmente se usan en los medios de comunicaci贸n y en otros casos. Por ejemplo, debido a que los Santos de los 脷ltimos D铆as conocemos el plan de nuestro Padre Celestial para Sus hijos, sabemos que esta vida mortal no es una obra de un solo acto atrapada entre un pasado desconocido y un futuro incierto. Esta vida es el segundo acto en una obra de tres actos. Su prop贸sito est谩 definido por lo que se ha revelado acerca de nuestra existencia espiritual en el primer acto y nuestro destino final en el tercer acto. Debido al conocimiento de este plan as铆 como de otras verdades que Dios ha revelado, partimos de supuestos distintos de quienes no comparten nuestro conocimiento. Como resultado, llegamos a conclusiones diferentes en mucho temas importantes que los dem谩s juzgan en base a sus opiniones acerca de la vida mortal.
En ciertas maneras nuestra experiencia es la misma de la del Ap贸stol Pedro registrada en el cap铆tulo diecis茅is de Mateo. Jes煤s le dijo a Sus Ap贸stoles que pronto ir铆a a Jerusal茅n y sufrir铆a muchas cosas a manos de los ancianos, y de los principales sacerdotes y de los escribas y finalmente ser铆a muerto.
鈥淵 Pedro, tom谩ndolo aparte, comenz贸 a reprenderle, diciendo: Se帽or, ten compasi贸n de ti mismo. 隆En ninguna manera esto te acontezca! Entonces 茅l, volvi茅ndose, dijo a Pedro: 隆Qu铆tate de delante de m铆, Satan谩s! Me eres tropiezo, porque no entiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres鈥 (Mateo 16: 22-23).
Pedro no entendi贸 鈥渓o que es de Dios, sino lo que es de los hombres鈥 cuando coment贸 que Jes煤s no fuera muerto en Jerusal茅n. Al razonar en base a la sabidur铆a de los hombres, lleg贸 a la conclusi贸n equivocada. Si en esa ocasi贸n, Pedro hubiera razonado en base a 鈥渓o que es de Dios鈥濃攅n el plan que requer铆a que el Salvador muriese鈥攏o habr铆a sido reprendido. Entonces 茅l habr铆a tenido lo que las escrituras describen como la 鈥渕ente del Se帽or鈥 o la 鈥渕ente de Cristo鈥 (Romanos 11: 34; 1 Corintios 2: 16; D. y C. 102: 23; v茅ase tambi茅n 2 Nefi 9:39), la cual incluye la capacidad de entender y pensar claramente acerca de la aplicaci贸n de las verdades y las ense帽anzas eternas del evangelio a las distintas circunstancias que enfrentamos en la mortalidad.
Vivimos en un mundo en el cual muchos abogan y practican cosas que son contrarias a 鈥渓o que es de Dios鈥; Su plan de salvaci贸n. Esto produce muchos de los malos entendidos y de la oposici贸n que enfrentan nuestros j贸venes de parte de sus amigos y asociados. Por ejemplo, estamos rodeados por asociados y una cultura que sostienen que no es malo tener relaciones sexuales sin estar casados. Una encuesta reciente reporta que el 53 por ciento del pueblo americano as铆 lo cree. [6] Similarmente, en mi discurso en la conferencia de octubre de 2012, cit茅 el hecho de que en un per铆odo reciente, el 41 por ciento de todos los nacimientos en los Estados Unidos, ven铆an de mujeres que no estaban casadas. [7] La mayor铆a de estos nacimientos fueron de parejas que estaban cohabitando; o sea, viviendo juntos sin estar casados. El que las parejas, sin estar casadas, tengan y cr铆en hijos, es algo muy com煤n y es aceptado por muchos.
驴C贸mo deber铆a responder nuestra juventud cuando sus asociados y hasta sus maestros en las escuelas llegan a la conclusi贸n que el matrimonio ya no es importante y que los hijos no tienen ninguna desventaja si sus padres no est谩n casados? Igualmente, 驴c贸mo deber铆an responder a las propuestas conocidas para redefinir a la familia? Sugiero que es preferible que nuestros j贸venes se abstengan de discutir con sus asociados sobre esas aseveraciones o propuestas. Estar谩n mejor si responden identificando los premisas o suposiciones mundanas que enfrentan y luego identificando las diferentes suposiciones o premisas que gu铆an el pensamiento de los Santos de los 脷ltimos D铆as. Esto no causar谩 que est茅n de acuerdo con las personas que no comparten nuestra fe, pero puede desviar la discusi贸n hacia las verdaderas causas del desacuerdo en vez de discutir sobre las conclusiones.
Aqu铆 est谩 otra ilustraci贸n: Una escuela del pensamiento moderno, muy poderosa e influyente, es la del 鈥渞elativismo moral,鈥 la idea de que no hay malo o bueno absolutos. Detr谩s de esa idea est谩 el supuesto de que no hay Dios o, que si hay un Dios, que no ha dado mandamientos que sean aplicables a nosotros en la actualidad. Esa idea pone a sus adherentes en la misma posici贸n del pueblo infortunado al que el profeta Morm贸n describi贸 diciendo que 鈥渆st谩n sin Cristo y sin Dios en el mundo; . . . como paja que se lleva el viento鈥 (Morm贸n 5: 16).
Obviamente, los Santos de los 脷ltimos D铆as empiezan con una premisa diferente: hay un Dios que es la fuente de leyes eternas, y 脡l nos ha dado mandamientos que establecen lo bueno y lo malo en muchas de las decisiones. Tambi茅n, en el tercer acto de Su plan eterno, seremos responsables hasta el punto en que nuestros pensamientos y hechos hayan estado en armon铆a con esos mandamientos. Nos oponemos al relativismo moral, y debemos ayudar a nuestra juventud a evitar el ser enga帽ados y persuadidos por los razonamientos y las conclusiones que se basan en premisas falsas.
IV.
驴En d贸nde buscamos las premisas con las cuales empezamos nuestro razonamiento sobre la verdad o aceptabilidad de las distintas propuestas? Nos anclamos en la palabra de Dios, que se encuentra en las escrituras y en las ense帽anzas de los profetas modernos. A menos que nos anclemos a estas verdades como las principales premisas y supuestos, no podemos estar seguros de que nuestras conclusiones sean verdaderas. El estar anclados a la verdad eterna no nos proteger谩 contra la tribulaci贸n y la persecuci贸n que predijo Jes煤s (v茅ase Mateo 13:21), pero nos dar谩 la paz que viene de la fe en Jesucristo y el conocimiento de que estamos en el sendero hacia la vida eterna. Recuerden a sus alumnos las siguientes ense帽anzas, que son el punto de partida para nuestro pensamiento sobre muchas ideas y tendencias modernas.
Pensamos de manera diferente a mucha gente en el mundo acerca de los asuntos familiares a causa de lo que sabemos del prop贸sito y la naturaleza eternos de nuestras relaciones familiares. Nuestra proclamaci贸n sobre la familia declara que 鈥渆l matrimonio entre un hombre y una mujer es ordenado por Dios鈥 y que 鈥渓a familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos.鈥 [8] Al saber que el matrimonio es esencial para el plan eterno de Dios, los Santos de los 脷ltimos D铆as persisten en el principio religioso de que el matrimonio es principalmente una instituci贸n para la procreaci贸n y la crianza de los hijos. Tambi茅n nos adherimos a la experiencia probada de que el matrimonio es la mejor instituci贸n para el bienestar econ贸mico, pol铆tico y moral de la familia humana. Y como el Presidente Spencer W. Kimball lo dijo hace mucho: 鈥淪abemos que cuando las cosas est谩n mal en la familia, las cosas estar谩n mal en cualquier otra instituci贸n de la sociedad.鈥 [9]
Rechazamos la idea moderna de que el matrimonio es una relaci贸n que existe primordialmente para la satisfacci贸n de los individuos que lo contraen, y que cualquiera de ellos lo pueda terminar a su voluntad. Nos enfocamos en el bienestar de los hijos, no solamente en el nuestro.
El Manual de la Iglesia explica: 鈥淧or designio divino, tanto el hombre como la mujer son esenciales para traer hijos a la vida mortal y proporcionar el mejor ambiente para criarlos y educarlos.鈥 [10]
Nuestra proclamaci贸n sobre la familia declara: 鈥淟os hijos merecen nacer dentro de los lazos del matrimonio y ser criados por un padre y una madre que honran sus votos matrimoniales con completa fidelidad.鈥 [11]
Nuestra creencia de que se nos manda 鈥渉onrar los votos matrimoniales con completa fidelidad鈥 introduce la siguiente premisa fundamental declarada en la proclamaci贸n sobre la familia: 鈥渜ue Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreaci贸n han de emplearse s贸lo entre el hombre y la mujer leg铆timamente casados como esposo y esposa.鈥[12]
Dicha declaraci贸n no es pol铆ticamente correcta, pero es verdadera, y somos responsables de ense帽ar y practicar su verdad. Obviamente, eso nos coloca contra muchos de los supuestos y las pr谩cticas del mundo actual鈥攅l nacimiento de millones de ni帽os inocentes de madres sin casar鈥 es tan solo una ilustraci贸n.
La siguiente verdad b谩sica que cito de la proclamaci贸n sobre la familia es un principio cuyas implicaciones van mucho m谩s all谩 de lo que entiende nuestra juventud. Requiere cuidadosa atenci贸n y una ense帽anza inspirada: 鈥淓l ser hombre o el ser mujer es una caracter铆stica esencial de la identidad y del prop贸sito premortales, mortales y eternos de la persona.鈥[13]
La caracter铆stica eterna del g茅nero tiene muchas consecuencias. Una de ellas es explicada en esta declaraci贸n en el Manual 2: 鈥淟a naturaleza masculina y femenina de los esp铆ritus es tal que se completan el uno al otro. Se ha dispuesto que el hombre y la mujer progresen juntos hacia la exaltaci贸n.鈥 [14]
Los esp铆ritus de los hombres y las mujeres 鈥渟e completan el uno al otro鈥 porque son diferentes, y 鈥減rogresan juntos hacia la exaltaci贸n鈥 entre otras cosas, al honrar esas diferencias divinamente creadas.
Por tanto, la proclamaci贸n de la familia declara: 鈥淧or designio divino, el padre debe presidir la familia con amor y rectitud y es responsable de proveer las cosas necesarias de la vida para su familia y de proporcionarle protecci贸n. La madre es principalmente responsable del cuidado de sus hijos. En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compa帽eros iguales, est谩n obligados a ayudarse el uno al otro.鈥 [15]
Nos regocijamos en los roles del hombre y la mujer que se apoyan el uno al otro dentro del plan de Dios.
Los hombres y las mujeres han de ser diferentes, sin embargo, para cumplir el plan de Dios han de estar unidos inseparablemente en una relaci贸n de apoyo mutuo. La hermana Elaine S. Dalton Presidenta General de las Mujeres J贸venes, les dio este importante consejo a los estudiantes de BYU:
Se帽oritas, ustedes dar谩n el ejemplo de la feminidad y la maternidad virtuosas. . . . Tambi茅n ser谩n quienes dar谩n el ejemplo de la vida familiar en una 茅poca en que las familias estar谩n bajo ataque, en que se est茅n redefiniendo y desintegr谩ndose. Entender谩n su papel y sus responsabilidades. . . .
J贸venes, ustedes ser谩n quienes sabr谩n que el poder del sacerdocio鈥攅l poder de actuar por Dios en la tierra鈥攕olo puede obtenerse mediante la pureza. Y usar谩n ese poder del sacerdocio para bendecir a generaciones.
La pureza y virtud en las vidas de todos ustedes atraer谩n las miradas de todo el mundo en estos 煤ltimos d铆as. [16]
Todos nosotros鈥攈ombres y mujeres por igual鈥攅ncontramos la felicidad verdadera y duradera si entendemos y nos regocijamos en los roles distintos en el plan de salvaci贸n de Dios.
Por supuesto, vemos la necesidad de corregir algunas deficiencias existentes desde hace mucho en las protecciones legales y las oportunidades para las mujeres. Pero en nuestra conducta personal, creemos, como lo ense帽贸 hace mucho tiempo el Presidente Gordon B. Hinckley al hablar del sector privado, que cualquier esfuerzo 鈥減ara crear un g茅nero neutral de lo que Dios cre贸 como masculino y femenino traer谩 m谩s problemas que beneficios.鈥 [17]
La proclamaci贸n de la familia termina con la petici贸n de 鈥渇ortalecer a la familia y a mantenerla como la unidad fundamental de la sociedad,鈥 y exhorta a los 鈥渃iudadanos responsables y a los funcionarios de gobierno de todas partes para que fomenten aquellas medidas designadas a fortalecer a la familia.鈥 [18]
Cuando empecemos a medir las propuestas y las pr谩cticas modernas con lo que sabemos del plan de Dios y las premisas dadas en la palabra de Dios y las ense帽anzas de Sus profetas vivientes, debemos esperar que nuestras conclusiones diferir谩n de las personas que no piensan de ese modo. Pero estamos firmes en esto debido a que sabemos que esto nos pone eternamente en un lugar seguro. Muchos otros no estar谩n de acuerdo, pero nuestra explicaci贸n del por qu茅 pensamos de esta manera les dar谩 a otros un mejor entendimiento de nuestras posiciones.
V.
En un discurso en la conferencia general de octubre de 2009, mencion茅 otros ejemplos de las maneras en que otros piensan de manera diferente a los Santos de los 脷ltimos D铆as fieles. [19] Esos ejemplos que ten铆an que ver con la posible confusi贸n ocasionada por las demandas opuestas entre el amor y la ley, son lo suficientemente importantes para volverlas a mencionar aqu铆 ya que ocurren dentro de las relaciones amorosas, hasta dentro de las familias Santo de los 脷ltimos D铆as. En el primer ejemplo un joven adulto que est谩 en una relaci贸n de cohabitaci贸n les dice a sus afligidos padres: 鈥渟i de verdad me amaran, me aceptar铆an junto con mi compa帽era al igual que aceptan a sus hijos casados.鈥 Este joven est谩 afirmando que el amor paternal debe eliminar a los mandamientos de Dios. Es obvio que los padres que entienden el prop贸sito y el efecto de los mandamientos de Dios y sus propias responsabilidades piensan de otra forma. Aunque no aprueban las conductas que violen los mandamientos de Dios, no excluyen a un hijo o hija de su c铆rculo familiar o de su amor.
Otros dos ejemplos se relacionan con el efecto del amor de Dios. En uno, una persona rechaza la doctrina de que una pareja debe estar casada por la eternidad para poder disfrutar de la relaci贸n familiar en la otra vida. Declara: 鈥淪i Dios realmente nos amara, no creo que tratar铆a a los esposos de esta manera.鈥 En el otro ejemplo, una persona dice que su fe ha sido destruida por el sufrimiento humano que Dios permite que sea infligido sobre alguna persona o un pueblo, y concluye: 鈥淪i hubiera un Dios que nos ama, no permitir铆a que pasara esto.鈥
Las personas que piensan de esta forma piensan equivocadamente que el amor de Dios es tan grande y tan incondicional que misericordiosamente los eximir谩 de obedecer Sus leyes o las condiciones de Su plan. Piensan al rev茅s al partir de su conclusi贸n equivocada y suponen que los fundamentos de la ley eterna de Dios deben adherirse a sus propios conceptos. Pero est谩n confundidos en su forma de pensar. El amor de Dios no substituye a Sus mandamientos o a Su plan.
Quienes entienden la relaci贸n entre el amor de Dios y Su ley saben que: 鈥渉ay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundaci贸n de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; y cuando recibimos una bendici贸n de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa鈥 (D. y C. 130: 20-21).
La misericordia no puede robar a la justicia (v茅ase Alma 42: 25). Quienes obtienen la misericordia que est谩 disponible gracias al gran amor de Dios por Sus hijos son 鈥渁quellos que han guardado el convenio y observado el mandamiento鈥 (D. y C. 54: 6).
Este principio fundamental nos ayuda a entender el por qu茅 de muchas cosas, como la justicia y la misericordia que son equilibradas por la Expiaci贸n. Tambi茅n explica el por qu茅 Dios no evita que Sus hijos usen el libre albedr铆o. El albedr铆o鈥攏uestro poder para elegir鈥攅s fundamental en el plan que nos trae a la tierra. T铆picamente, Dios no interviene para evitar las consecuencias de las elecciones de algunas personas a fin de proteger el bienestar de otras personas鈥攁unque se maten, se hieran o se injurien el uno al otro鈥攜a que esto destruir铆a Su plan para nuestro progreso eterno (v茅ase Alma 42: 8). Aunque Dios no evitar谩 esas decisiones (v茅ase Mos铆ah 24: 14-15), 脡l nos bendecir谩 para que soportemos las consecuencias de las decisiones de otros. Y aquellos a quienes se les corten o se les reduzcan sus oportunidades mortales debido a las elecciones de otros, eventualmente tendr谩n todas las bendiciones y oportunidades pues les ser谩n ofrecidas por la misericordia y la Expiaci贸n de Jesucristo.
Las consecuencias eternas y la justicia de Dios al respetar las decisiones de Sus hijos鈥攐 sea su albedr铆o鈥攃ulminan en lo que hemos llamado el tercer acto, nuestro destino eterno en el plan de nuestro Padre Celestial. El Juicio Final que se efect煤a all铆 explica muchas cosas acerca del prop贸sito y el efecto de nuestra dif铆cil jornada mortal. En la revelaci贸n moderna leemos: 鈥淎 todos los reinos se ha dado una ley鈥 (D. y C. 88:36). Por ejemplo, 鈥淧orque el que no es capaz de obedecer la ley de un reino celestial, no puede soportar una gloria celestial. Y el que no puede obedecer la ley de un reino terrestre, no puede soportar una gloria terrestre. Y el que no puede obedecer la ley de un reino telestial, no puede soportar una gloria telestial鈥 (D. y C. 88: 22-24).
En otras palabras, el reino de gloria al cual seamos asignados en el Juicio Final no se determina por el amor sino por la ley que Dios nos ha dado鈥攁 causa de Su amor鈥攓ue nos califica para la vida eterna, 鈥渜ue es el mayor de todos los dones de Dios鈥 (D. y C. 14: 7). Quienes conozcan esa verdad de seguro pensar谩n de manera diferente a quienes no la conocen.
VI.
El mundo en el que vivimos es como el campo descrito por el Salvador en el evangelio de Mateo. Hasta el tiempo de la cosecha, el trigo que deseamos est谩 creciendo junto con la ciza帽a que sembr贸 el enemigo, que es el diablo (v茅ase Mateo 13: 24-30, 39). En la par谩bola del sembrador, Jes煤s describi贸 el resultado: Cuando la palabra del sembrador cae en pedregales, en las que quien escucha 鈥渘o tiene ra铆z en s铆鈥, se ofender谩 cuando venga 鈥渓a aflicci贸n o la persecuci贸n por la palabra鈥 (v茅ase Mateo 13: 20-21). Otras semillas caen 鈥渆ntre espinos鈥 y seg煤n lo define Marcos, 鈥渓os afanes de este mundo, y el enga帽o de las riquezas, y las codicias de otras cosas entran y ahogan la palabra, y 茅sta se hace infructuosa鈥 (Marcos 4: 18-19). Esta par谩bola describe la reacci贸n de cualquiera de nosotros que nos ofendemos al sufrir persecuci贸n o nos volvemos infructuosos debido a los 鈥渁fanes de este mundo鈥 o nuestra 鈥渃odicia de otras cosas.鈥
Deber铆amos aplicar la advertencia que Jes煤s les dio a sus disc铆pulos de 鈥済uardaos de la . . . . doctrina de los fariseos鈥 (Mateo 16: 12). No podemos escapar de las conclusiones, las ense帽anzas y de lo que apoyen los fariseos modernos. Debemos vivir en el mundo. Pero la ense帽anza de que 鈥渘o sois del mundo鈥 (Juan 15: 19; 17: 14, 16) requiere que identifiquemos el error y lo saquemos de nuestros pensamientos, de nuestros deseos y nuestras acciones. De esta manera, mediante la fe y confianza en Jesucristo y nuestro conocimiento del plan de nuestro Padre Celestial, podemos seguir adelante con confianza en estos tiempos turbulentos.
Debemos ayudar a nuestros j贸venes a pensar claramente acerca de las verdades del evangelio y la forma de aplicarlas a los desaf铆os que enfrentan. Quienes lo hagan estar谩n edificados sobre 鈥渓a roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios,鈥 y calificar谩n para la promesa prof茅tica de que la poderosa oposici贸n del diablo no tendr谩 poder para arrastrarlos al abismo de miseria porque est谩n sobre un 鈥渇undamento seguro鈥 y 鈥渘o caer谩n鈥 (Helam谩n 5: 12).
Testifico de la veracidad de ese fundamento seguro. Testifico que Jesucristo es el Autor y Consumador de nuestra fe. Y testifico que seremos bendecidos cuando nos anclemos a la palabra del Se帽or y a las ense帽anzas de Sus profetas. Testifico de esto en el nombre de Jesucristo, am茅n.
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Notas
[1] Robert D. Putnam y David E. Campbell, American Grace: How Religion Divides and Unites Us (Nueva York: Simon &Schuster, 2010), p谩gina 138.
[2] Boyd K. Packer, 鈥淭he One Pure Defense,鈥 discurso a los Educadores de Religi贸n el 6 de febrero de 2004, p谩gina 4; ver: si.lds.org.
[3] 鈥淏oise Idaho Temple: Again Hallowed,鈥 Church News, 25 de noviembre de 2012, p谩gina 5.
[4] Julie B. Beck, 鈥淭eaching the Doctrine of the Family,鈥 Transmisi贸n v铆a sat茅lite de los Seminarios e Institutos de Religi贸n el 4 de agosto de 2009, p谩gina 4.
[5] V茅ase de Sarah Jane Weaver, 鈥淩oundtable: 鈥楬astening the Work,鈥欌 Church News, 30 de diciembre 2012, p谩ginas 4-5.
[6] V茅ase de Tom W. Smith y otros, General Social Surveys, 1972-2010: Cumulative Codebook (marzo de 2011), p谩gina 410.
[7] V茅ase de Joyce A, Martin y otros, 鈥淏irths: Final Data for 2010,鈥 National Vital Statistic Report 61, num. 1 (agosto 28, 2012), p谩ginas 8-9.
[8] 鈥淟a Familia: Una Proclamaci贸n Para el Mundo,鈥 Ensign, noviembre de 1995, p谩gina 102.
[9] Spencer W. Kimball, 鈥淔amilies Can Be Eternal鈥 Ensign noviembre de 1980, p谩gina 4.
[10] Manual 2: La Administraci贸n de la Iglesia (Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los 脷ltimos D铆as, 2010), p谩gina 4.
[11] 鈥淟a Familia,鈥 129.
[12] 鈥淟a Familia,鈥 129.
[13] 鈥淟a Familia,鈥 129.
[14] Manual 2: p谩gina 3.
[15] 鈥淟a Familia,鈥 129.
[16] Elaine S. Dalton, 鈥淧rophetic Priorities and Dedicated Disciples,鈥 Discurso en una reuni贸n devocional en BYU el 15 de enero de 2013, p谩gina 7; ver: speeches.byu.edu.
[17] Gordon B. Hinckley, 鈥淟ive Up to Your Inheritance,鈥 Ensign, noviembre de 1983, p谩gina 84.
[18] 鈥淟a Familia,鈥 129.
[19] V茅ase 鈥淎mor y la Ley鈥,鈥 Liahona, Noviembre 2009, p谩ginas 26-29.