Nuestra identidad y nuestro destino

Tad R. Callister

El 茅lder Tad R. Callister es miembro de la Presidencia de los Setenta.

Este discurso lo dio el 14 de agosto de 2012, durante la Semana de Educaci贸n en BYU.

Elder Tad R. Callister脡lder Tad R. Callister. Intellectual Reserve, Inc.

Continuando con el tema de esta semana, me gustar铆a comentar con ustedes una visi贸n de qui茅nes somos y de lo que podemos llegar a ser. Hace poco, en una Sesi贸n de Capacitaci贸n para las Autoridades Generales , se hizo la pregunta: 鈥溌緾贸mo podemos ayudar a quienes est谩n luchando con la pornograf铆a?鈥

El 茅lder Russell M. Nelson se puso de pi茅 y contest贸: 鈥淓ns茅帽enles su identidad y su prop贸sito.鈥

Esa respuesta me impact贸, no solamente como respuesta a esa pregunta espec铆fica sino como una respuesta apropiada para la mayor铆a de los desaf铆os que encontramos en esta vida. Por eso, hoy, hablar茅 de la verdadera naturaleza de nuestra identidad y de la visi贸n correcta de nuestro destino divino.

Primero, nuestra identidad. Existe un sentimiento entre muchos en el mundo de que somos las creaciones espirituales de Dios, as铆 como un edificio es la creaci贸n de su arquitecto o una pintura es la creaci贸n del pintor o una invenci贸n la creaci贸n de su inventor. Sin embargo, las escrituras ense帽an una doctrina muy diferente. Nos ense帽an que somos mas que las creaciones de Dios; ense帽an que somos la progenie espiritual literal, o los hijos, de Dios nuestro Padre.[1] 驴Cu谩l es la diferencia con esta distinci贸n doctrinal? La diferencia es muy grande en sus consecuencias porque nuestra identidad determina en gran medida nuestro destino. Por ejemplo, 驴puede una creaci贸n alguna vez llegar a ser como su creador? 驴Acaso un edificio puede convertirse con el tiempo en un arquitecto? 驴Una pintura en un pintor? 驴O una invenci贸n en inventor? Si no es as铆, entonces quienes creen que somos creaciones de Dios, m谩s bien que Su progenie espiritual, llegan a la inevitable conclusi贸n de que no tenemos la capacidad de llegar a ser como Dios, nuestro creador. En esencia, esa doctrina de identidad ha definido y se帽alado un destino inferior.

Por otra parte, como miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los 脷ltimos D铆as, creemos en que somos la progenie espiritual de Dios y hemos heredado rasgos espirituales que nos dan el potencial divino de llegar a ser como nuestro padre, Dios el Padre. Con respecto a esta identidad, el Presidente Boyd K. Packer escribi贸:

T煤 eres un hijo de Dios. 脡l es el padre de tu esp铆ritu. Espiritualmente, eres de nacimiento noble, la simiente del Rey de los Cielos. Graba esa verdad en tu mente y af茅rrate a ella. Sin importar cuantas generaciones haya en tus ancestros mortales, no importa a que raza de gente o pueblo representes, el cuadro geneal贸gico de tu esp铆ritu se puede escribir en una sola l铆nea. 隆Eres un hijo de Dios![2]

Esta doctrina de identidad es la que define nuestro destino potencial de lograr la deidad. Si alguien no comprende su identidad divina, entonces nunca entender谩 correctamente su destino divino. La identidad y el destino son, en realidad, socios inseparables.

Entonces, 驴Qu茅 es lo que Dios nos ha revelado acerca de nuestro destino? Dios ha hablado desde el principio clara, frecuente y directamente sobre este tema. Cuando Ad谩n y Eva estaban en el Jard铆n de Ed茅n, viv铆an en un estado de inocencia [o sea que ten铆an un conocimiento muy limitado del bien y del mal]. Lehi describi贸 su condici贸n as铆: 鈥減or consiguiente, habr铆an permanecido en un estado de inocencia, sin sentir gozo, porque no conoc铆an la miseria; sin hacer lo bueno, porque no conoc铆an el pecado鈥 (2 Nefi 2: 23).

Imag铆nense por un momento que mi esposa y yo los invitamos a que viajen en auto desde California hasta nuestra casa en Utah. Adem谩s supongan que les pido que manejen en 鈥渘eutral鈥.

Es posible que se r铆an y contesten: 鈥淓so no se puede鈥.

Y si yo les respondiera: 鈥淧isen el acelerador hasta el fondo鈥.

Quiz谩s me responder铆an: 鈥淓so no servir谩 de nada. No puedo llegar a su casa si no le pongo la velocidad (o el cambio) a mi carro.鈥

Eso es lo que pas贸 con Ad谩n y Eva. Estaban en un estado de 鈥渘eutral espiritual鈥 y no podr铆an llegar a su destino divino a menos que fueran expulsados del jard铆n y puestos en una velocidad espiritual.

Cuando Ad谩n y Eva fueron arrojados del Jard铆n de Ed茅n, cambiaron su inocencia, [o sea la falta de conocimiento del bien y el mal] por la perspectiva de la perfecci贸n, ese fue el trato. La inocencia y la perfecci贸n no son la misma cosa. Un infante puede ser inocente pero ciertamente no es perfecto en el sentido de que no ha adquirido todos los atributos de la divinidad. Una vez que Ad谩n y Eva fueron expulsados del jard铆n, leemos en el libro de G茅nesis que Dios mismo dijo: 鈥淗e aqu铆 el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, [o sea, como los dioses]鈥 (G茅nesis 3: 22; 茅nfasis agregado). 驴C贸mo pudo ser? Entonces Dios nos dice c贸mo fue posible este nuevo destino: porque el hombre ahora 鈥渃onoce el bien y el mal鈥 El estar inmersos en un mundo de bien y mal, el tener la capacidad de elegir y de aprovechar los poderes de la Expiaci贸n, dieron como resultado que el hombre tuviera oportunidades ilimitadas de progresar hacia su destino de la deidad.

Aprendemos una gran verdad doctrinal en esta serie de acontecimientos que rodean el Jard铆n de Ed茅n: un hombre que no hab铆a ca铆do habr铆a permanecido en un estado de inocencia [a salvo, pero restringido en su progreso]. Por otra parte, un hombre ca铆do, se aventur贸 en un 谩mbito de mayor riesgo, pero, bendecido con la Expiaci贸n de Jesucristo, tuvo acceso a posibilidades, poderes y potencial ilimitados. Hablando del efecto de la Expiaci贸n en un hombre ca铆do, C. S. Lewis dijo:

Dios no est谩 reparando, ni restaurando solamente un status quo. La humanidad redimida debe ser algo m谩s glorioso que lo que la humanidad no ca铆da habr铆a sido, m谩s gloriosa de lo que cualquier raza es ahora. . . y esta gloria sobre-a帽adida, exaltar谩 a todas las criaturas.[3]

Pero alguien podr铆a preguntar: 鈥淧or qu茅 quiere Dios que lleguemos a ser como 脡l?鈥

Para contestar esa pregunta, uno debe entender primeramente por qu茅 existe el hombre. Lehi dio la breve y simple respuesta: 鈥渆xisten los hombres para que tengan gozo鈥 (2 Nefi 2: 25). El Presidente David O. McKay confirm贸 esa verdad fundamental: 鈥淟a felicidad es el prop贸sito y designio de la existencia鈥.[4] Si les preguntara 驴Qui茅n es el ser mas feliz de todo el universo [el que tiene mayor gozo]? Me contestar铆an sin duda, 鈥淒ios.鈥 De acuerdo con eso, Dios quiere que lleguemos a perfectos como 脡l para que podamos experimentar Su tipo de gozo y as铆 poder llenar mejor la medida de nuestra existencia. Es por eso, que a Su plan para nosotros a veces se le llama 鈥渆l plan de felicidad鈥 (v茅ase Alma 42: 8, 16).

Nuestra Busqueda de la Deidad

A pesar de los prop贸sitos altruistas de Dios en nuestro favor, quiz谩s ninguna doctrina, ninguna ense帽anza ni filosof铆a ha causado tanta controversia como lo ha hecho esta: que el hombre puede llegar a ser un dios. Algunos la ven como una blasfemia y otros como algo absurdo. Dicen que tal concepto rebaja a Dios al estado del hombre y por lo tanto priva a Dios de Su dignidad y Su divinidad. Otros claman que a esta ense帽anza le falta el apoyo de las escrituras. Dicen tambi茅n que tan s贸lo es una fantas铆a de Jos茅 Smith, un joven sin educaci贸n; y que por seguro, ninguna persona temerosa de Dios, que piense bien y que crea en la Biblia, aceptar谩 una filosof铆a como esta.[5] Aunque algunos de los que abogan eso son cr铆ticos empedernidos, otros son hombres honestos y brillantes que simplemente no est谩n de acuerdo con nosotros en esta doctrina. Por lo tanto 驴en donde est谩 la verdad? Ojal谩 que los conceptos siguientes inviten al Esp铆ritu Santo a susurrar esta doctrina, tranquila pero verdadera, a todos aquellos que sinceramente la busquen.

En nuestra b煤squeda de la verdad, usaremos a cinco testigos: primero y principalmente al testimonio de las escrituras; segundo, al testimonio de los primeros escritores cristianos; tercero, a la sabidur铆a de los poetas y autores que beben de la fuente divina; cuarto, al poder de la l贸gica; y quinto, a la voz de la historia.

Las Escrituras. Primero, las escrituras. 驴Acaso no se le apareci贸 un 谩ngel a Abraham y le dio el mandato divino 鈥渁nda delante de m铆 y s茅 perfecto鈥 (G茅nesis 17:1)?

鈥淓so es cierto鈥, interpone el cr铆tico. 鈥淧erfecto al compararlo con otros hombres, con otros mortales, pero ciertamente no es perfecto al compararlo con Dios. La palabra fue usada en su sentido relativo, no en su sentido absoluto鈥

驴Es as铆? Y viene la respuesta. 鈥淏usquemos entonces, la palabra perfecto tal como la us贸 el Salvador mismo鈥.

Fue en el Serm贸n del Monte que el Salvador declar贸: 鈥淪ed, pues, vosotros perfectos, as铆 como vuestro Padre que est谩 en los cielos es perfecto鈥 (Mateo 5: 48; 茅nfasis agregado)[6] 驴Estaba el Salvador invitando a los hombres a ser perfectos compar谩ndolos con otros hombres 鈥攐tros mortales鈥 o compar谩ndolos con Dios mismo? Este mandato es consistente con la oraci贸n intercesora del Salvador. Hablando de los creyentes, le pidi贸 al Padre: 鈥減ara que sean uno, as铆 como nosotros somos uno. Yo en ellos, y t煤 en m铆, para que sean perfeccionados en uno鈥 (Juan 17: 22-23).

De acuerdo con el mandato de buscar la perfecci贸n, Pablo ense帽贸 que un prop贸sito fundamental de la Iglesia era el 鈥減erfeccionar a los santos. . . hasta que todos lleguemos. . . a un var贸n perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo鈥 (Efesios 4: 12-13; 茅nfasis agregado). F铆jense en la vara de medir: no es un hombre, ni una especie de mini-Cristo o un casi-Dios, sino m谩s bien que debemos llegar a ser 鈥渦n var贸n perfecto, [y nos da el nivel que debemos procurar] a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo鈥. 驴Les parece que eso relativo?

El cr铆tico se queda callado por un momento. Responde algo avergonzado: 鈥淒e seguro esas escrituras han de tener otro significado.鈥

Sin embargo, las escrituras que apoyan esta doctrina siguen apareciendo con un testimonio repetido y poderoso. En cierto momento, los jud铆os amenazaron con apedrear al Salvador por blasfemia. 脡l les record贸 Sus buenas obras y les pregunt贸: 鈥溌縫or cu谩l de ellas me apedre谩is?鈥

Le contestaron: 鈥淧or buenas obras no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque t煤, siendo hombre, te crees Dios

脡l reconoci贸 r谩pidamente que lo era y les declar贸 que ellos tambi茅n deber铆an serlo. 鈥淛es煤s les respondi贸: 驴No est谩 escrito en vuestra ley: Yo dije: Sois dioses?鈥 (Juan 10: 32-34; 茅nfasis agregado). En otras palabras lo que dijo el Salvador es: 鈥淣o solamente yo soy Dios, sino que todos ustedes son dioses en potencia鈥. Se estaba refiriendo a Su propia declaraci贸n en el Antiguo Testamento, la cual los jud铆os deb铆an conocer bien: 鈥Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Alt铆simo鈥 (Salmos 82: 6; 茅nfasis agregado). El Salvador solamente estaba reafirmando la ense帽anza b谩sica del evangelio de que todos los hombres son hijos de Dios, y por lo tanto todos pueden llegar a ser como 脡l.

Pablo entendi贸 este principio, porque, hablando a los hombres en Atenas, les dijo: 鈥渃omo algunos de vuestros propios poetas tambi茅n dijeron: Porque linaje suyo somos鈥 (Hechos 17: 28). Pablo sab铆a las consecuencias de ser la simiente de Dios, porque, al hablar a los romanos declar贸: Porque el Esp铆ritu mismo da testimonio a nuestro esp铆ritu de que somos hijos de Dios. Y si hijos, tambi茅n herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo鈥 (Romanos 8: 16-17; 茅nfasis agregado; v茅ase tambi茅n 1 Corintios 3: 21-23 y Apocalipsis 21: 7).

No herederos subordinados, ni menores, ni subalternos, sino herederos iguales con Cristo Mismo, para compartir todo lo que el compartir谩. Despu茅s de todo, 驴no es esa la misma promesa que le hizo el Se帽or al Ap贸stol Juan? 鈥淎l que venciere, yo le dar茅 que se siente conmigo en mi trono, as铆 como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono鈥 (Apocalipsis 3: 21).

No es de sorprender que Pablo haya escrito a los santos en Filipos: 鈥淧rosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jes煤s鈥 (Filipenses 3: 14). Pablo, que entend铆a muy bien nuestro destino, estaba esforz谩ndose por la deidad como recompensa. Pedro, que tambi茅n entend铆a esta doctrina, les rog贸 a los santos que pudieran llegar a 鈥渟er participantes de la naturaleza divina鈥 (2 Pedro 1: 4), o sea, ser recipientes de la deidad. Eso es exactamente lo que Jes煤s orden贸 al hablar a los santos del Libro de Morm贸n: 鈥淧or lo tanto, 驴qu茅 clase de hombre hab茅is de ser? En verdad os digo, aun como yo soy鈥 (3 Nefi 27: 27, v茅ase tambi茅n 1 Juan 3:2).Y es exactamente lo que el Salvador prometi贸 en esta dispensaci贸n a todos los santos fieles: 鈥淓ntonces ser谩n dioses, porque tendr谩n todo poder, y los 谩ngeles estar谩n sujetos a ellos鈥 (DyC 132: 20; v茅ase tambi茅n el verso 19 y DyC 76: 58-60).

Quien critica, moviendo la cabeza responde: 鈥淓se concepto rebaja a Dios al estado del hombre y Le roba Su divinidad鈥.

O, por el contrario, es nuestra respuesta, 驴no eleva al hombre en su potencial divino?

Pablo conoci贸 muy bien este argumento de los cr铆ticos y los call贸 de una vez por todas hace muchos siglos. Hablando a los santos en Filipos , mencion贸: 鈥淗aya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambi茅n en Cristo Jes煤s, el que, siendo en forma de Dios, no tuvo como usurpaci贸n el ser igual a Dios鈥 (Filipenses 2: 5-6; 茅nfasis agregado).

El Salvador sab铆a que el que 脡l fuera un dios y que nosotros pudi茅ramos llegar a serlo, no le robar铆a a Dios Su divinidad. Despu茅s de todo, 驴qui茅n es el mayor, el ser que limita o el ser que aumenta el progreso eterno del hombre?

Alguien podr铆a preguntar: 驴Qui茅n puede dar mayor honor y gloria a Dios, un ser de un estado inferior o uno de un estado m谩s exaltado? Puede un animal honrar y adorar con la misma pasi贸n e intensidad que un ser humano? 驴Puede un simple mortal expresar los sentimientos emp铆ricos o ejercer el mismo fervor de un dios en potencia? Nuestra capacidad de honrar y adorar se aumenta de acuerdo con nuestro progreso intelectual, emocional, cultural y espiritual. De igual manera, mientras m谩s lleguemos a ser como Dios, es mayor nuestra capacidad de rendirle homenaje. En el proceso de elevar al hombre hacia el cielo, Dios simult谩neamente multiplica Su propio honor y gloria y por lo tanto es glorificado m谩s, no menos.

Brigham Young coment贸 sobre este tema:

[La deidad del hombre] no le quitar谩 nada de gloria y poder a nuestro Padre Celestial, porque 脡l seguir谩 siendo nuestro Padre, y seguiremos sujetos a 脡l, y a medida que progresemos en gloria y poder, eso aumenta la gloria y poder de nuestro Padre Celestial.[7]

Esa es la iron铆a del argumento de los cr铆ticos 鈥攍a deidad para el hombre no disminuye el estado de Dios鈥 por el contrario, lo aumenta al producir santos m谩s inteligentes, m谩s apasionados, m谩s espirituales que tienen capacidades aumentadas para entender, honrar y adorar a Dios.

El mandato del Salvador, que nos pone a pensar y hace que se esfuerce el alma 鈥渟ed pues vosotros perfectos鈥 era mucho m谩s que metal que resuena o c铆mbalo que reti帽e. (v茅ase 1 Cor 13:1). Era una invitaci贸n divina para levantarnos y elevarnos a todo nuestro potencial y llegar a ser como Dios nuestro Padre. C.S. Lewis un exhuberante defensor de esta sencilla pero gloriosa verdad, escribi贸:

El mandamiento Sed pues vosotros perfectos no es una charla idealista. Tampoco es un mandato de lograr lo imposible. 脡l nos va a convertir en criaturas que puedan obedecer ese mandato. 脡l dijo (en la Biblia) que eramos 鈥渄ioses鈥 y 脡l cumplir谩 Su palabra. . . El proceso ser谩 largo y en algunas partes muy doloroso; pero esa es la raz贸n por la cual estamos aqu铆. Nada menos. 脡l supo lo que dijo.[8]

Primeros Escritores Cristianos. Segundo, de igual modo los primeros escritores cristianos escribieron acerca de nuestro destino divino.[9] Tan temprano como en el segundo siglo, Irineo (115-202 dC.) escribi贸: No fuimos hechos dioses desde el principio, sino que primero simples hombres, y con el tiempo, dioses.[10] En otra ocasi贸n Irineo aclar贸 que el hombre exaltado no ser铆a relegado a un tipo de 谩ngel glorificado sino que literalmente llegar谩 a ser un dios: 鈥淧asando a los 谩ngeles y ser hecho a la imagen y semejanza de Dios鈥. [11]

Clemente de Alejandr铆a (160-200 dC.) contempor谩neo de Irineo, habl贸 acerca de la deidad como la recompensa que viene despu茅s de una larga preparaci贸n: 鈥淪iendo destinados a sentarse en tronos con los otros dioses que han sido puestos en sus lugares por el Salvador鈥.[12] El mismo Clemente de Alejandr铆a tambi茅n hizo esta declaraci贸n rotunda con respecto al hombre que vive una vida recta: 鈥淐onociendo a Dios, ser谩 semejante a Dios. . . Y ese hombre llega a ser Dios, porque Dios as铆 lo quiere鈥.[13]

Hip贸lito (170-236 dC.) uniendo los siglos segundo y tercero, habl贸 del potencial ilimitado de los santos que son fieles en esta vida: 鈥淵 ser谩s un compa帽ero de la Divinidad, y un co-heredero con Cristo. . . Porque has llegado a ser Dios. . . has sido deificado, y engendrado a la inmortalidad鈥.[14]

Cipriano, (200-258 dC) un bien conocido l铆der cristiano del tercer siglo, reafirm贸 que el hombre puede llegar a ser como Cristo: 鈥淟o que Cristo es, lo seremos los cristianos, si emulamos a Cristo,鈥 [15]

Or铆genes (185-255 dC), tambi茅n del tercer siglo, escribi贸: 鈥淓l Dios verdadero [refiri茅ndose al Padre], entonces es 鈥淓l Dios,鈥 y quienes son formados a Su semejanza son dioses, como si fueran im谩genes de 脡l que es el prototipo.鈥 [16]

Y en el cuarto siglo, San Atanasio de Alejandr铆a (295-373 dC), explic贸 que 鈥淸Dios] fue hecho carne a fin de que estuvi茅ramos capacitados para ser hechos dioses.鈥[17]

Esta verdad doctrinal sobrevivi贸 durante varios siglos pero, eventualmente, la apostas铆a hizo que esta doctrina, en toda su pureza y extensi贸n, se perdiera. La doctrina del potencial del hombre para llegar a ser Dios, tal como la ense帽贸 el Profeta Jos茅 Smith no fue de su invenci贸n; ni de su creaci贸n ni el fruto de una mente f茅rtil; fue 煤nica y simplemente la restauraci贸n de una verdad gloriosa que se hab铆a ense帽ado en las escrituras y por muchos escritores cristianos de la Iglesia primitiva.

Poetas y Autores. El tercer testimonio, el de poetas y autores inspirados. C. S. Lewis, un hombre 铆ntegro y de orientaci贸n espiritual, reafirm贸 esta propuesta una y otra vez:

Es un asunto muy serio el vivir en una sociedad de posibles dioses y diosas, recordar que la persona menos interesante y m谩s aburrida con quien hables pueda ser alguna d铆a una criatura a la cual . . . te sientas tentado muy fuertemente para adorarla. . . . 隆No existen personas ordinarias![18]

Estaba en lo correcto. No hay entre nosotros personas ordinarias, sino solamente dioses y diosas en potencia.

Fue V铆ctor Hugo, el autor magistral, quien dijo: 鈥淟a sed por el infinito comprueba la infinidad鈥.[19] 隆Qu茅 pensamiento tan poderoso y sublime! Quiz谩s la sed por la deidad de igual manera compruebe la divinidad. El Dios que ustedes y yo conocemos 驴plantar铆a en el alma del hombre la visi贸n y el anhelo de la deidad y luego lo frustrar铆a en su capacidad para lograrla? Shakespeare tuvo un chispazo de esta idea, porque al hablar en boca de Hamlet, dijo:

隆Qu茅 obra de arte es el hombre! 隆Qu茅 noble en su raz贸n! 隆Cu谩n infinito en sus facultades! 隆Que admirable y expresivo en su forma y movimientos! 隆En la acci贸n, tal como un 谩ngel! 隆en su comprensi贸n tan semejante a un dios![20]

La visi贸n de Robert Browning, que frecuentemente traspasaba el velo mortal, lo hizo otra vez en estos renglones de su poema 鈥淩abbi Ben Ezra鈥:

Habiendo alcanzado su fin la batalla de la vida.

Desde all铆 pasar茅, aprobado

Un hombre, para siempre jam谩s removido

Del bruto desarrollado; un dios, aunque en embri贸n.[21]

Este poeta y pensador profundo vio las semillas y el embri贸n de la deidad en cada hombre.

La L贸gica. El cuarto testimonio es el poder de la l贸gica. 驴Acaso las leyes de la ciencia no nos ense帽an que las cosas se reproducen a su semejanza, seg煤n su especie? La ciencia nos ha ense帽ado que un c贸digo gen茅tico complejo que se transfiere de padre a hijo es el responsable de que el hijo adquiera los mismos atributos f铆sicos de sus padres. Si esto es as铆, 驴es il贸gico asumir que la progenie espiritual reciba un c贸digo gen茅tico espiritual que les proporcione las caracter铆sticas y el potencial divinos de su padre [Dios] haci茅ndolos dioses en embri贸n? No, solamente es el cumplimiento de la ley de que una cosa engendra otra igual. Es la misma verdad que ense帽贸 el profeta Lorenzo Snow:

Nacimos a la imagen de Dios nuestro Padre. 脡l nos engendr贸 a Su semejanza. En la composici贸n de nuestra organizaci贸n espiritual existe la naturaleza de la Deidad. Al nacer espiritualmente, nuestro Padre nos transmiti贸 la capacidad, los poderes, y las facultades que 脡l posee, tanto como el ni帽o en el seno de su madre posee, aunque en un estado no desarrolladotodav铆a, las facultades, los poderes y las susceptibilidades de su padre.[22]

El presidente Boyd K.Packer cont贸 que un d铆a les ayud贸 a sus hijos a llevar al granero unos pollitos reci茅n nacidos. Al ver que su hijita de 4 a帽os llevaba un pollito en sus manos comento algo as铆 como: 鈥淓se pollito ser谩 un hermoso perro cuando crezca, 驴verdad?

Su hija lo mir贸 sorprendida.

脡l agreg贸: 鈥渙 quiz谩s ser谩 un gato o una vaca鈥.

Su hijita frunci贸 la nariz , como si dijera: 鈥溌縌u茅 no sabes nada pap谩? El pollito crecer谩 y ser谩 exactamente como sus padres鈥.

脡l entonces comento acerca de como fue que esta ni帽ita de cuatro a帽os supo casi de manera instintiva, que el pollo crecer铆a siguiendo el modelo de sus padres.[23]

El evangelio de Felipe, uno de los libros ap贸crifos, menciona esta declaraci贸n l贸gica: 鈥淯n caballo engendra un caballo, un hombre engendra un hombre, un dios engendra a un dios.鈥[24] La diferencia entre el hombre y Dios es importante, pero es una cuesti贸n de grado, no de especie. Es como la diferencia entre una bellota y una encina. Un capullo de rosa y una rosa. Un hijo y un padre. En verdad, todo hombre es, potencialmente, un dios en embri贸n, en cumplimiento de la ley de que las cosas se reproducen a su semejanza.

La voz de la Historia. Quinto, y finalmente la voz de la historia verificar谩 de igual manera esta verdad. Me acuerdo del cuento de que un cami贸n pas贸 por el lugar donde pac铆an unas vacas. En un costado del veh铆culo estaban escritas con letras grandes las palabras: 鈥淗omogeneizada, Pasteurizada y con Vitaminas A y D.

Una vaca al ver el letrero, se volte贸 hacia la otra y le dijo: 鈥淗ace que una se sienta inepta, 驴verdad?鈥

Reconozco que as铆 es como me siento cuando vea la distancia que hay entre Dios y yo, pero me consuelo al contemplar todo lo que se puede lograr en el corto espacio de la vida mortal. Parafraseo las ideas de B. H. Roberts: De la cuna se han levantado oradores, generales, artistas y obreros para efectuar las maravillas de nuestra 茅poca. De un beb茅 indefenso se puede levantar un Dem贸stenes, o un Lincoln para dirigir el destino de las naciones. De tal beb茅 puede surgir un Miguel Angel para llenar el mundo de belleza. De tales comienzos puede salir un Mozart, o un Beethoven para traer del silencio los poderes y la serenidad de la m煤sica. De tal beb茅 indefenso puede levantarse un Jos茅 Smith para dar luz en un mundo de tinieblas.[25]

Piensen por un momento en lo que se puede lograr en el corto espacio de la vida mortal. Ahora supongan que pueden quitarle al hombre las barreras de la muerte y concederle la inmortalidad y tener a Dios como su gu铆a. 驴Qu茅 l铆mites querr铆an ponerle a su logros mentales, morales o espirituales? B. H. Roberts lo expres贸 mejor cuando dijo:

Si dentro del corto espacio de la vida mortal hay hombres que se levantan de su infancia y llegan a dominar los elementos de fuego y agua y tierra y aire, y los gobiernan casi como Dioses, 驴Qu茅 no podr铆an hacer en unos cuantos cientos o miles o millones de a帽os?[26]

Una mirada al otro lado del velo nos dice que los registros de la historia no terminan con la muerte sino que contin煤an marcando los logros ilimitados del hombre. Victor Hugo con unos Rayos X casi espirituales, vio las posibilidades despu茅s de la muerte:

Mientras m谩s me acerco al final escucho m谩s claramente a mi alrededor las sinfon铆as de los mundos que me invitan. . . . Por medio siglo he estado escribiendo mis ideas en prosa y en verso; historia. . . . Lo he probado todo. Pero siento que no he dicho ni la mil茅sima parte de lo que hay en m铆. Cuando baje a la sepultura, puedo decir como tantos otros: 鈥渉e terminado mi d铆a de trabajo,鈥 pero no puedo decir: 鈥渉e terminado mi vida.鈥 Mi d铆a de trabajo empezar谩 otra vez al d铆a siguiente. La tumba no es un callej贸n sin salida, es un camino. . . . Mi trabajo apenas comienza.[27]

La perfecci贸n es una b煤squeda en ambos lados del velo. Las escrituras nos recuerdan: 鈥渃ontinuad con paciencia hasta perfeccionaros鈥 (DyC 67: 13).

La Posibilidad Divina se Convierte en una Realidad Divina

Las escrituras, los primeros escritores cristianos, la poes铆a, la l贸gica y la historia testifican no s贸lo de la posibilidad divina sino de la realidad divina de que el hombre puede llegar a ser como Dios. La Doctrina y Convenios se refiere a Abraham, Isaac y Jacob diciendo: 鈥 y porque no hicieron sino lo que se les mand贸, han entrado en su exaltaci贸n, . . . y se sientan sobre tronos, y no son 谩ngeles sino dioses鈥 (DyC 132: 37). Para estos hombres la posibilidad divina se convirti贸 en la realidad divina. Eso no quiere decir que se convirtieron en dioses que reemplazaron a nuestro Padre Celestial sino que m谩s bien en hombres exaltados que han aumentado sus capacidades de honrar y glorificar a Dios. Nuestro Padre Celestial permanecer谩 para siempre como nuestro Dios supremo, a quien amaremos, reverenciaremos y adoraremos, para siempre jam谩s.

Pero 驴c贸mo es posible que ustedes y yo, con todas nuestras faltas y debilidades e imperfecciones, podamos llegar a ser un dios? Afortunadamente, un Padre Celestial amoroso nos ha dado los recursos que nos levanten sobre nuestras restricciones mortales y que nos impulsen a las alturas divinas. Mencionar茅 solamente dos de tales recursos, ambos son posibles debido a la Expiaci贸n de Jesucristo, cuya meta final es ayudarnos en nuestra b煤squeda de la deidad 鈥攑ara que podamos 鈥渟er uno鈥濃 no solamente con 脡l sino que tambi茅n 鈥渟er uno鈥 como 脡l. Primero, menciono las ordenanzas salvadoras del reino.

Jos茅 Smith recibi贸 una revelaci贸n que explic贸 la relaci贸n entre las ordenanzas y la divinidad: 鈥淎s铆 que, en sus ordenanzas se manifiesta el poder de la divinidad. Y sin sus ordenanzas y la autoridad del sacerdocio, el poder de la divinidad no se manifiesta a los hombres en la carne鈥 (DyC 84: 20-21). En otras palabras, el participar en las ordenanzas salvadoras, desata y libera ciertos poderes de la deidad en nuestras vidas que no est谩n disponibles de alguna otra manera. Estos poderes ayudan a refinarnos y purificarnos. Las cinco ordenanzas de salvaci贸n y sus correspondientes poderes de la deidad son las siguientes:

Primero, bautismo por inmersi贸n (y, por consiguiente, la ordenanza del sacramento). Por motivo de la Expiaci贸n de Jesucristo, esta ordenanza nos limpia de nuestros pecados y ayuda a hacernos santos, ajustando nuestra vida m谩s en l铆nea con la del Salvador.

Segundo, el don del Esp铆ritu Santo. Este don nos ayuda a conocer 鈥渓a voluntad del Se帽or [y] la intenci贸n del Se帽or鈥 (DyC 68:4) y por lo tanto hace posible que obtengamos una mente m谩s como la de Dios.

Tercero, el sacerdocio. Esta ordenanza transfiere a un simple mortal el poder de actuar por Dios en la tierra, como si 脡l Mismo estuviera presente. En esencia, es un poder notarial espiritual para ser el agente de Dios y para invocar Su poder, con lo que nos ayuda a ejercer en rectitud los poderes divinos.

Cuarto, la investidura. Esta ordenanza es un don de conocimiento que viene de Dios con respecto a c贸mo podemos llegar a ser como 脡l, y est谩 acompa帽ada de convenios que nos inspiran en ese intento. Como se expresa en el dicho antiguo: 鈥淓l conocimiento es poder.鈥 El uso correcto del conocimiento que se recibe en la ordenanza de la investidura resulta en un mayor poder de Dios en nuestra propia vida. Es por eso que la Doctrina y Convenios dice: 鈥渕e propongo investir con poder de lo alto a los que he escogido鈥 (DyC 95:8).

Quinto, las ordenanzas del sellamiento. La muerte, con todo su poder, no puede destruir las relaciones selladas en el templo 鈥攓ue pueden continuar m谩s all谩 de la tumba鈥 y que nos permiten, al igual que Dios, tener crecimiento eterno.

Las ordenanzas de la salvaci贸n son mucho m谩s que una lista de verificaci贸n que debemos llenar para ganar la entrada en el reino celestial 鈥攕on las llaves que abren las puertas de los poderes celestiales鈥 que pueden elevarnos por encima de nuestras limitaciones mortales.

El segundo recurso que nos ayuda en la b煤squeda de la deidad son los dones del Esp铆ritu. 驴Cu谩les son los dones del Esp铆ritu? Los conocemos como amor, paciencia, conocimiento, testimonio, etc, etc. En esencia, cada don del Esp铆ritu representa un atributo de la deidad. Por lo tanto, cada vez que adquirimos un don del Esp铆ritu, adquirimos un potencial atributo de la deidad. En este respecto, Orson Pratt ense帽贸:

Se ha declarado que uno de los objetivos [de la Iglesia] es 鈥Para la perfecci贸n de los Santos,鈥 . . . El . . . plan. . . para el cumplimiento de este gran objetivo, es por medio de los dones espirituales. Cuando cesan estos dones sobre naturales del Esp铆ritu, los Santos dejan de perfeccionarse, por lo tanto, no pueden tener la esperanza de lograr una salvaci贸n perfecta. . .

En toda naci贸n y 茅poca en la cual haya creyentes, deben existir los dones para perfeccionarlos.[28]

Con raz贸n el Se帽or nos manda 鈥減rocurad, pues, los mejores dones鈥 (1 Corintios 12: 31), 鈥渂uscad diligentemente los mejores dones鈥 (DyC 46: 8); y 鈥減rocuraseis toda buena d谩diva鈥 (Moroni 10: 30).

El Presidente George Q. Cannon habl贸 de las imperfecciones del hombre y de la soluci贸n divina. Reconociendo el v铆nculo entre los dones espirituales y la deidad, fervientemente les ped铆a a los Santos que vencieran toda debilidad manifiesta mediante la adquisici贸n de un don de fuerza que la cancele conocido como el don del Esp铆ritu. 脡l lo mencion贸 as铆:

Si alguno de nosotros es imperfecto, es nuestro deber orar para pedir el don que nos haga perfectos . . . Ning煤n hombre debe decir: 鈥淵o no puedo cambiar, esa es mi naturaleza.鈥 No est谩 justificado en eso, por la raz贸n de que Dios ha prometido dar la fuerza para corregir estas cosas, y dar los dones que las erradiquen. . . . 脡l quiere que Sus Santos sean perfeccionados en la verdad. Con este fin 脡l da estos dones, y los confiere sobre quienes los busquen, a fin de que puedan ser un pueblo perfecto sobre la faz de la tierra, sin importar sus muchas debilidades porque Dios ha prometido conceder los dones que sean necesarios para su perfecci贸n.[29]

驴Cu谩l fue la respuesta del Se帽or a la ferviente petici贸n de Salom贸n de que le concediera el don de un coraz贸n con entendimiento? Las escrituras dicen: 鈥淵 le agrad贸 al Se帽or que Salom贸n pidiese esto鈥 y entonces el Se帽or le dijo: 鈥渉e aqu铆, he hecho conforme a tus palabras. He aqu铆, que te he dado un coraz贸n sabio y entendido鈥 (1 Reyes 3: 10, 12).

驴Cuando fue la 煤ltima vez que oramos pidiendo un don del Esp铆ritu que nos eleve sobre muestras debilidades mortales y promueva nuestra b煤squeda de la deidad? Una y otra vez el Se帽or ha invitado y prometido: 鈥淧edid, y se os dar谩鈥 (Mateo 7: 7).

驴Por qu茅 es tan importante tener una visi贸n correcta acerca del destino divino de la deidad de la cual las escrituras y otros testigos hablan tan claramente? Porque con una visi贸n aumentada se tiene una mayor motivaci贸n. El 茅lder Bruce R. McConkie escribi贸: 鈥淣inguna doctrina es tan fundamental, ninguna doctrina abarca un mayor incentivo para la rectitud personal. . . como el maravilloso concepto de que el hombre puede ser como su Creador.鈥[30] 驴Y por qu茅 no ser铆a posible? 驴Qu茅 no todas las iglesias cristianas promueven una conducta como la de Cristo? 驴No es eso de lo que trata el Serm贸n del Monte? Si es una blasfemia pensar que podemos llegar a ser como Dios, entonces 驴en que punto deja de ser blasfemo el llegar a ser como Dios; 90 por ciento, 50 por ciento o el uno por ciento? Es m谩s cristiano el buscar una deidad parcial que una deidad total? 驴Se nos ha invitado a andar en el camino de la deidad 鈥 de 鈥渟ed pues vosotros perfectos, como vuestro Padre en los cielos es perfecto鈥濃 sin la m铆nima posibilidad de alcanzar jam谩s ese destino?

Al entender mejor nuestro destino potencial, nuestro nivel de auto-estima, confianza y motivaci贸n se eleva grandemente. La juventud entender谩 que es una miop铆a tomar clases f谩ciles y maestros f谩ciles en vez de los que les impulsar谩n hacia la deidad. Comprender谩n la visi贸n de que su esfuerzo es por la deidad no por las calificaciones.

Y nuestros miembros algo mas viejos 驴qu茅? Entender谩n que no hay tal cosa como una granja de retiro, ning煤n d铆a en que se acabe el trabajo. Al igual que V铆ctor Hugo, saben que su trabajo apenas empez贸. Todav铆a hay miles de libros que leer y escribir, pinturas que disfrutar, m煤sica que componer, y servicios que prestar. Comprenden la revelaci贸n al Profeta Jos茅 Smith: 鈥淐ualquier principio de inteligencia que logremos en esta vida se levantar谩 con nosotros en la resurrecci贸n鈥 (DyC 130: 18).

驴Qu茅 pasa con los que sentimos debilidades en la vida? Podemos tomar una esperanza renovada en las palabras del Se帽or a Moroni: 鈥減orque si se humillan ante m铆, y tienen fe en m铆, entonces har茅 que las cosas d茅biles sen fuertes para ellos鈥 (Ether 12: 27).

驴Y qu茅 de aquellos que piensan que han pecado m谩s all谩 de la gracia redentora de Cristo? Pueden consolarse en Su promesa: 鈥渁unque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve ser谩n emblanquecidos鈥 (Isa铆as 1: 18). Quiz谩s haya algunos que piensen que su vida ha sido destrozada y que ya no se puede reparar. 驴Acaso no pueden encontrar esperanza renovada en estas palabras del Salvador: 鈥淸Yo] les de gloria en lugar de ceniza鈥 (Isa铆as 61:3)? No existe ning煤n problema, ning煤n obst谩culo en nuestro destino divino, para el cual la Expiaci贸n del Salvador no tenga un remedio de poder sanador y edificador superior. Eso es el por qu茅 Morm贸n dijo: 鈥渄eb茅is tener esperanza, por medio de la expiaci贸n de Cristo鈥 (Moroni 7: 41).

驴C贸mo es que no podr铆amos tener mayor fe en Dios y en nosotros mismos si supi茅ramos que 脡l ha plantado dentro de nuestras almas las semillas de la deidad y nos ha investido con el acceso a los poderes de la Expiaci贸n? 鈥溌La Deidad?鈥 Si no es as铆, entonces el cr铆tico debe contestar 驴Por qu茅 no?

Quiz谩s podr铆amos sugerir tres respuestas para la consideraci贸n de los cr铆ticos: Es probable que el hombre no pueda llegar a ser como Dios porque Dios no tiene el poder de crear una simiente divina. Est谩 fuera de su alcance actual de comprensi贸n e inteligencia.

鈥淏lasfemo,鈥 responde el cr铆tico. 鈥溍塴 es todopoderoso y lo sabe todo.鈥

Quiz谩s, entonces, 脡l ha creado una simiente menor debido a que no nos ama,

鈥淓so es rid铆culo y absurdo,鈥 es su respuesta. 鈥淧orque de tal manera am贸 Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unig茅nito鈥 (Juan 3: 16).

Bueno, quiz谩s Dios no ha plantado dentro de nosotros la chispa divina porque quiere retener Su deidad para S铆 Mismo; se siente amenazado por nuestro progreso. Solamente puede retener Su superioridad al asegurar la inferioridad del hombre.

鈥淣o, no, se lamenta el cr铆tico. 鈥溌縉o ha conocido nunca a un padre amoroso que no quisiera que su hijo rebasara lo que 茅l es?鈥

Y as铆 es con Dios nuestro Padre.

Testifico que no hay gente com煤n en nuestro medio, no cifras ni ceros; solamente hay dioses y diosas en potencia. Aunque muchos testimonios certifican esta verdad, los m谩s poderosos de todos son los tranquilos susurros del Esp铆ritu que confirman tanto a mi mente como a mi coraz贸n la grandeza y verdad de esta doctrina gloriosa. Y como lo ense帽贸 Jacob: 鈥減orque el Esp铆ritu habla la verdad, y no miente. Por tanto, habla de las cosas como realmente son, y de las cosas como realmente ser谩n鈥 (Jacob 4: 13).

Oro por que podamos reconocer nuestra verdadera identidad como hijos e hijas de Dios y obtengamos una visi贸n de nuestro destino divino como realmente ser谩. Ruego que seamos agradecidos a un Padre y un Hijo amorosos que lo han hecho posible. En el nombre de Jesucristo, am茅n.

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Notas

[1] V茅ase Hechos 17: 28-29; Romanos 8: 16-17 y Hebreos 12: 9.

[2] Boyd K. Packer, 鈥淭o Young Women and Men,鈥 Ensign, Mayo 1989, p谩g. 54

[3] C. S. Lewis, 鈥淭he Grand Miracle,鈥 en Miracles: A Preliminary Study (New York: Macmillan, 1978), pp. 122-123; 茅nfasis agregado.

[4] David O. McKay, Pathways to Happiness (Salt Lake City: Bookcraft, 1957), xi.

[5] Cuando fui presidente de misi贸n, comentamos en una conferencia de zona el potencial del hombre para alcanzar la deidad. Al hacerlo nos referimos a un pasaje de las escrituras citado frecuentemente por nuestros cr铆ticos, Isa铆as 43: 10 que dice: 鈥渁ntes de m铆 no fue formado dios alguno, ni lo ser谩 despu茅s de m铆.鈥 Por lo tanto, concluyen los cr铆ticos si no existe un dios antes o despu茅s del Padre, entonces el hombre no podr铆a convertirse en dios.

Como cosa del destino, varios d铆as despu茅s uno de nuestros j贸venes misioneros estaba tocando puertas. Un hombre distinguido lo invit贸 a pasar. Los misioneros pronto supieron que 茅l era maestro de teolog铆a en una universidad de la localidad. Era muy cort茅s pero declar贸 rotundamente que la doctrina mormona era incorrecta porque ense帽aba que el hombre puede llegar a ser un dios, y, despu茅s de todo, la Biblia ense帽a que no hay dios ni antes ni despu茅s del Padre.

Este misionero no se arredr贸. Simplemente contest贸: 鈥溌縎e帽or, sabe donde se encuentra esa escritura?鈥

El hombre vacil贸, 鈥渘o recuerdo exactamente, pero est谩 en la Biblia.鈥

El misionero contest贸: 鈥渆st谩 en Isa铆as 43: 10, pero tambi茅n se menciona en Isa铆as 44, 45 y 46.鈥 Adem谩s pregunt贸: 鈥淩ecuerda el contexto en que se dio?鈥

El profesor no pudo recordar.

鈥淓ntonces鈥 dijo el misionero, 鈥渄茅jeme ayudarle. Dios estaba reprendiendo a los israelitas porque estaban adorando a im谩genes y estatuas hechas por la mano del hombre. En varias ocasiones, el Se帽or declar贸 en estos cap铆tulos que ninguna de esas im谩genes o estatuas, hechas en el pasado o en el futuro, llegar铆a a ser un dios.鈥 Este misionero explic贸 principalmente, que esos vers铆culos se refer铆an a la incapacidad de las im谩genes talladas de llegar a ser dioses y que no ten铆an nada que ver en absoluto con la capacidad del hombre de convertirse en un dios. Invit贸 al profesor a aprender m谩s acerca de la verdad con respecto con el potencial del hombre, pero su invitaci贸n fue declinada..

[6] La palabra perfecto como se usa en esta escritura viene del la palabra griega telios. Algunos han sugerido que se podr铆a traducir como 鈥渢erminado鈥 o 鈥渃ompleto,鈥 lo que da por resultado una connotaci贸n distinta a la de la perfecci贸n moral; quiz谩s queriendo decir un santo completo o maduro. Aunque esta podr铆a ser una interpretaci贸n, la escritura no excluye la referencia a la perfecci贸n moral. De hecho, cuando se lee en contexto, este pasaje parece requerir la perfecci贸n moral. Delinea espec铆ficamente el tipo de finalizaci贸n o de perfecci贸n a la que se refiere al al hacer la comparaci贸n 鈥como vuestro Padre que est谩 en los cielos es perfecto鈥 (茅nfasis agregado). Dios no es perfecto en el sentido relativo. 脡l es absolutamente perfecto. Es de inter茅s darse cuenta de que tanto la versi贸n del Rey Santiago de la Biblia y la Nueva Versi贸n Internacional de la Biblia, traducen la palabra telios como 鈥減erfecto.鈥

[7] Brigham Young, en Journal of Discourses (London: Latter-day Saints' Book Depot, 1854-1886), 10: 5.

[8] C. S. Lewis, 鈥淐ounting the Cost,鈥 en Mere Christianity (New York: Macmillan, 1960), pp. 174-175.

[9] Algunos pueden argumentar que algunas de las referencias de los primeros escritores cristianos acerca del potencial del hombre para alcanzar la deidad, solamente eran frases alternativas para la inmortalidad del hombre. En algunos casos esa interpretaci贸n puede ser correcta, pero las referencias que comentaremos m谩s adelante proveen la evidencia de que el potencial de alcanzar la deidad exist铆a en el pensamiento del cristianismo temprano.

[10] Irineo, Adversus Haereses (Irineo Contra las Herej铆as) libro 4, cap铆tulo 38, en The Apostolic Fathers, Justin Martir, Irenaeus, vol. 1 de Ante-Nicene Fathers: The Writings of the Fathers Down to 325 dC, Alexander Roberts y James Donaldson, editores (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1994). p谩g. 522.

[11] Irineo, Adversus Haereses (Irineo Contra las Herej铆as) libro 5, cap铆tulo 36, en vol. 1 de The Apostolic Fathers, p谩g. 567.

[12] Clemente de Alejandr铆a, Stromata (Miscellanies) libro 7, cap铆tulo 10, en Fathers of the Second Century: Thomas, Tatian, Athenagoras, Theophilus, and Clement of Alexandria (Entire), vol. 2 of Ante-Nicene Fathers, Alexander Roberts y James Donaldson, editores (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1994). p谩g. 539.

[13] Clemente de Alejandr铆a, Paedagogus (The Instructor) libro 3, cap铆tulo 1, en el vol. 2 de Fathers of the Second Century, p谩g. 271; 茅nfasis agregado.

[14] 贬颈辫贸濒颈迟辞, Philosophumena (The Refutation of All Heresies) libro 10, cap铆tulo 30, en Fathers of the Third Century: Hyppolytus, Cyprian, Caius, Novation, Appendix, vol. 5 de Ante-Nicene Fathers, Alexander Roberts y James Donaldson, editores (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1994). p谩g. 153; 茅nfasis agregado.

[15] Cipriano, 鈥淥n the Vanity of Idols,鈥 The Treatises of Cyprian 6: 15, en el vol. 5 Fathers of the Third Century, p谩g. 469.

[16] 翱谤铆驳别苍别蝉, Commentary on John 2: 2, en The Gospel of Peter, the Diatessaron of Tatian, vol. 9 de Ante-Nicene Fathers, Alexander Roberts y James Donaldson, editores (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1994). p谩g. 323.

[17] Ver de Atanasio, Orations Contra Arianus (Four Discourses Against the Arians) 1. 39, 3.34, en St. Athanasius: Select Works and Letters, vol. 4 de A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church: Second Series, Philip Schaff y Henry Wace, editores (Grand Rapids, MIL Eerdmans, 1978-1979), p谩g. 329 y 413; ver tambi茅n de Atanasio, De Incarnation Verb Dei (On the Incarnation) 54.3, en AT Athanasius, 65. Sin duda Atanasio obtuvo esta idea de Irineo, quien antes hab铆a dicho, 鈥渟i el Verbo ha sido hecho hombre, es para que los hombres puedan ser dioses.鈥 The Westminster Dictionary of Christian Theology, Alan Richardson y John S. Bowden, editores (Philadelphia: Westminster Press, 1983), s.v. 鈥渄eification鈥 p谩g. 147; ver de Irineo, Adversus Haereses (Irenaeus Against Heresies) libro 5, prefacio, en el vol. 1, The Apostolic Fathers, p谩g. 526).
Mart铆n Lutero ense帽o esta misma verdad en su serm贸n de Navidad de 1514: 鈥淎s铆 como el verbo de Dios se hizo carne, as铆 tambi茅n es necesario que la carne pueda llegar a ser verbo. En otras palabras,: Dios se convierte en hombre para que el hombre pueda llegar a ser Dios. . . 脡l tom贸 lo nuestro para s铆 mismo a fin de impartirnos lo que es suyo.鈥 Citado en 鈥淢artin Luther: Little Christs for the World; Faith and Sacramentes as Means to 罢丑别辞蝉颈蝉,鈥de Jonathan Linman en Partakers of the Divina Nature: The History and Development of Deification in the Christian Traditions, editado por Michael J. Christensen y Jeffery A. Wittung (Grand Rapids, MI: Baker Academics, 2007), p谩g. 191. Lutero adem谩s ense帽贸: 鈥淪铆, mediante la fe llegamos a ser dioses y participantes de la naturaleza divina y el nombre, como lo dice en Salmos 82: 6: 'Yo dije: vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Alt铆simo.鈥' Martin Lutero seg煤n se cita en 鈥淢arthin Luther,: de Linman, p谩g. 198.

[18] C. S. Lewis, 鈥淟ove Thy Neighbor,鈥 en The Joyful Christian (New York: Touchstone, 1996), p谩g. 197.

[19] Seg煤n lo relat贸 Ars锚ne Houssaye, 鈥淰ictor Hugo on Immortality,: en Fifty Years and Beyond; or, Gathered Gems for the Aged editado por Samuel Gordon Lathrop, (Chicago; New York: Fleming H. Revell, 1881), p谩g. 325. Citado por Hugh B. Brown en Conference Report, abril de 1967, p谩g. 50.

[20] Shakespeare, Hamlet, acto 2, escena 2, l铆neas 323-327.

[21] Robert Browning, 鈥淩abi Ben Ezra,鈥 (1864), estrofa 13; en The Individual y Human Values, vol, I de Out of the Best Books: An Anthology of Literature, Bruce R. Clark y Robert K. Thomas, editores (Salt Lake City: Deseret Book, 1964). p谩g. 463.

[22] Lorenzo Snow, en Biography and Family Record of Lorenzo Snow: One of the Twelve Apostles of the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints por Eliza Snow (Salt Lake City: Deseret News, 1884O, p谩g. 335; 茅nfasis agregado.

[23] Ver 鈥Let Not Your Heart Be Troubled鈥 de Boyd K. Packer, (Salt Lake City: Bookcraft, 1991), p谩g. 289.

[24] 'The Gospel of Philip (II, 3),鈥 en The Nag Hammadi Library: In English,traducci贸n, members of the Coptic Gnostic Library Project of the Institute for Antiquity and Christianity (New York: Harper and Row, 1977), p谩g. 145.

[25] Ver de B. H. Roberts, The Mormon Doctrine of Deity (Salt Lake City: Deseret News, 1903), pp. 33-34.

[26] Roberts, The Mormon Doctrine of Deity, p谩g. 35.

[27] Houssaye, 鈥淰ictor Hugo on Immortality,鈥 Fifty Years, pp. 324-325; citado en Sterling W. Sill, Thy Kingdom Come, (Salt Lake City: Deseret Book, 1975), pp. 222-223.

[28] Orson Pratt, cap铆tulo 4 del 鈥淜ingdom of God,鈥 Orson Pratt's Works (Salt Lake City: Deseret News Press, 1945), p谩g. 97; 茅nfasis agregado.

[29] Discurso dado por el Presidente George Q. Cannon,: Millennial Star, 23 abril de 1894, pp. 260-261; 茅nfasis agregado; citado en Measure of the Hearts de Marvin J. Ashton, (Salt Lake City: Deseret Book, 1991), pp. 24-25.

[30] Bruce R. McConkie, The Promised Messiah: The First Coming of Christ (Salt Lake City: Deseret Book, 1978) p谩g. 133.